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La Feria del Libro, el paseo cultural imperdible de cada año
Actualizado: 10 may 2020

La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FIL) es un evento anual que siempre atrae lectores y otras tantas mentes curiosas. En esta nota, LA CARAVANA pone al descubierto algunos aspectos que hacen a este acontecimiento uno imperdible.
El porqué de su fecha de celebración
Esta fiesta literaria comienza cada año alrededor del 23 de abril. ¿A qué se debe? A que William Shakespeare y Miguel de Cervantes fallecieron el mismo día, del mismo año (1616), en dos rincones del mundo distintos (el primero en Stratford-upon-Avon, Inglaterra; el segundo en Madrid, España) y probablemente sin conocerse entre sí e ignorando sus obras mutuamente.
La UNESCO decidió entonces darle entidad a lo que podría pasar desapercibido. Proclamó en 1995 esa fecha como "Día del Libro y de los Derechos de Autor" porque, como todo "Día Internacional", sirve no sólo para concientizar acerca de una problemática cultural - como el plagio de obras- sino además para movilizar la opinión pública y , lo que es aún más importante, "marcar agenda". Es decir, promover políticas públicas como podrían ser, en este caso, aquellas ligadas a la educación de la ciudadanía.
Pasión de lectores y paseo de multitudes
La pregunta de quienes no se atreven a tener esta experiencia es si se puede ir a este tipo de mega acontecimientos y pasar un buen rato aunque no se identifiquen como "lectores ávidos". La respuesta es un rotundo "sí". Sea por su propuesta cultural o tecnológica, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires es una gran oportunidad para poder descubrir un mundo completamente ajeno al propio.
Todos los años, una temática distinta
Lo interesante es ver cómo la FIL se va adaptando a las necesidades culturales. En cada rincón del evento, hay huellas del clima de época: desde su slogan hasta las exposiciones e incluso en las conversaciones que se dan en las salas armadas dentro de los pabellones.
Por ejemplo, la frase que acompañó la edición número 11, celebrada en 1985, fue "Al escritor y la libertad de expresión". Poniéndola en contexto (uno de retorno de la democracia), cobra sentido y aún más relevancia, puesto que muchos autores se vieron exiliados, censurados o incluso mutilados por el aparato militar, como el famoso- pero no único- caso de Rodolfo Walsh.
Siguiendo la idea de la aclimatación, pese a que nunca cambia el sitio elegido para llevar a cabo el evento (el predio de La Rural es el elegido desde el año 2000), los stands de los expositores suelen ser rediseñados, con espacios adaptados tanto para hacer la firma de ejemplares de autores como para otras presentaciones participativas (juegos, charlas, experiencias sonoras y visuales, entre otras).

La Era 2.0 de la FIL
Internet y las nuevas modas tecnológicas revolucionaron la Feria del Libro en muchos sentidos. Por un lado, las jornadas que constituyen el calendario de actividades, dieron grandes vuelcos. Ya no sólo las hay para ilustradores, trabajadores editoriales, educadores o investigadores. La figura del "booktuber" tiene ahora peso propio en esta agenda cultural.
Por otra parte, es llamativo pero no sorprendente ver que ahora hay también en este evento stands que venden ejemplares digitales en lugar de libros tradicionales. Tal es el caso de Book Depository, la compañía que es parte del gigante Amazon y cuya sede central se halla en el Reino Unido.
Existen incluso ambientes para probar dispositivos de libros electrónicos, tener experiencias de realidad aumentada y para hacer las transmisiones de radio. Es así la manera en la que el encanto de la voz a través del parlante queda expuesto a la luz de la Feria. Hoy día, obviamente, todo se transmite vía streaming. Sea por YouTube, sea por la cuentas oficiales de la Feria en redes sociales.

Actualizaciones al alcance de la mano
La Feria se vive en vivo, en persona o pantalla de por medio. Mediante su App, se puede acceder fácilmente a información como su cronograma diario, mapas, a data sobre jornadas, firmas, autores y mucho más. Lo más novedoso es que es posible establecer a través de la opción "Networking" de la aplicación, una conversación con concurrentes.
La FIL: la ciudad literaria autóctona y global
¿Por qué es relevante que haya expositores de otros países y provincias además de Buenos Aires? A decir verdad, en este sitio la multiplicidad cultural se fomenta en todo sentido y se extiende temporalmente más allá de la Feria.
En estos espacios, se brinda información turística y se ofrecen cursos de aprendizajes de idiomas (tal es el caso del stand de Italia, que suele presentar a través del Instituto Italiano de cultura, sus servicios didácticos y educativos).
Por último, este mundo literario espera a sus visitantes con una joya de oro año tras año. Se trata de "La Ciudad Invitada de Honor". Desde 2013, una metrópoli marca fuertemente el programa de Feria del Libro.

Ámsterdam, San Pablo, México DF, Santiago de Compostela, Los Ángeles, Montevideo y Barcelona tuvieron razones de sobra para acercar su cultura a los habitantes de Argentina. Esta elección trasciende los límites espaciales de la feria. De tal modo, museos, asociaciones culturales y teatros abren sus puertas a través de presentaciones inéditas a la música, a la poesía y a exhibiciones de artistas extranjeros.

Las organizaciones y entidades presentes en la Feria del Libro
Algo similar a lo que acontece con ciudades y países, sucede con los expositores ligados a las distintas instituciones. Sea la Biblioteca del Congreso Nacional (o BCN), o de la Biblioteca Argentina para Ciegos (conocida como BAC), en cualquiera de este tipo de stands se reciben conocimientos muy específicos ligados a las temáticas que tratan.
Por ejemplo, en la BAC muestran cómo se escribe en alfabeto Braille, como también enseñan a entender este código lingüístico.

Otro caso, es el de la Asociación de Fileteadores. El famoso arte que brota en las calles de Buenos Aires, tiene resguardo en uno de los pabellones. Aquí, artistas pintan cuadros e intervienen objetos con este trazo que data de finales del siglo XIX y que ya es marca registrada del país.

Fanáticos del fútbol también pueden simpatizar a su manera con esta mega fiesta cultural. Equipos atléticos de primera división tienen su rincón ambientado. Entre copas, reconocimientos y mucho material digital para disfrutar, se hacen presentaciones de libros de ídolos de los clubes y muestras fotográficas de momentos clave de las instituciones.
El comienzo y la FIL HOY
Las cifras también pueden ser datos que incentiven a la gente a concurrir. La Feria creció en todos sus aspectos si se la compara con su primer edición, realizada en el Centro Municipal de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires en 1975. Pasó de tener:
↳De 7.500 metros cuadrados (con 116 stands), a ocupar 45.000 metros cuadrados.
↳De 7 países participantes, a 40 representados.
↳De 50 actos culturales, a 1.500.
↳De 140.000 visitantes, a más de 1.200.000.
La clave de la feria que no cesa de crecer año tras año yace en diseñar un mapa propio con lo que más relevante resulte a la mente y a los ojos. Hacer todo es naturalmente imposible. Por eso, dejar de lado algo puede ser el camino para encontrar nuevas propuestas culturales y tener una excusa para volver la próxima edición.
Para saciar el hambre de libros pueden conocer también la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, la cual está abierta al público durante todo el año.
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